Libando la miel...

Libando la miel...

miércoles, 14 de marzo de 2012


MUJERES CURANDERAS.   


Emulando a nuestras antepasadas, que eran curanderas, sanadoras, alquimistas, parteras, enfermeras, agricultoras, sabias, sacerdotisas, las mujeres de hoy debemos volver a los remedios naturales que obran maravillas y nos ayudan a prevenir y superar muchas enfermedades.
La energìa vital de todo ser humano proviene del sol, el aire, el agua, la tierra, una comida saludable y racional, la alegrìa, la actitud positiva.
La mejor medicina es la medicina preventiva. Conocer las propiedades de los productos naturales, nos ayudarà a prevenir enfermedades de nuestra familia.
Los remedios naturales de antaño, los que utilizaban nuestras bisabuelas, abuelas y madres, los tenemos en nuestro còdigo genètico, desde los antepasados aztecas y españoles, que tenìan mucho conocimiento de la botica de la naturaleza. Còdices aztecas, remedios españoles, fusionados en nuestra cultura...Alli han estado siempre.
En nuestra cocina, se fragua la salud o la enfermedad de nuestros seres queridos, de ahì la responsabilidad que como madres de familia tenemos, de acercar a nuestras mesas alimentos naturales, libres de venenos y plaguicidas, tan comunes hoy en dìa y causantes de muchas enfermedades letales.

Muchos mèdicos de hoy han olvidado que el agente terapèutico capaz de sanar todas las enfermedades, està màs cerca de la naturaleza que de los sofisticados descubrimientos de los laboratorios farmacèuticos.
Tenemos antibiòticos naturales tales como la miel, propòleo, ajo, cebolla, menta, limòn, tomillo, !el agua!  por mencionar sòlo algunos  y que estàn al alcance de todos los bolsillos, en nuestros mercados, en nuestra cocina, en nuestro jardìn, dispuestos a evitarnos y curarnos muchas enfermedades.
La salud, es lo màs preciado que tenemos. Nuestros cuerpos son templos que debemos cuidar como lo màs valioso de nuestra vida, debemos dejarlo responder por sì mismo y curarse soll, con alimentos que estimulen el sistema inmunològico, màs que con medicinas sintèticas, que a la larga, lejos de curar... enferman.
Sin una buena salud, no podemos rendir con todo nuestro potencial en ninguna tarea que nos encomendemos.
Las panaceas no existen, como lo es el hecho de que tampoco existe ni poseemos una sola terapèutica, una sola medicina, para todos los trastornos y para todos los seres humanos.
El mèdico de hoy y del futuro, tendrà que fusionar ambas medicinas si quiere encontrar una cura para sus pacientes. Abrazar las terapias alternativas serà una opciòn saudable para la poblaciòn mundial, harta de medicarse con productos sintèticos que han agredido sus organismos.
La naturaleza nos ofrece muchas alternativas. Esa misma naturaleza de la que formamos parte y a la que habremos de volver al final de nuestro ciclo, nos aconseja en todos los planos una invitaciòn al equilibrio y a la armonìa que implica la conciencia dce nuestra realidad total.

Vivir en nuestro cuerpo, alimentarlo sanamente y convivir en armonìa con la naturaleza, nos da por resultado una vida saludable y productiva.
La naturaleza ha sido para las mujeres desde la màs remota antiguedad, la respuesta a las dolencias de la familia. Hemos preparado jarabes, pòcimas, elìxires, remedios, cataplasmas, tès, tinturas, infusiones, todo en pro de mantener saludables a nuestros seres queridos.
Quièn no ha pasado una receta a sus amigas o parientes? quièn no sabe cònmo preparar tal o cual tè para calmar alguna dolencia..

Busquemos en nuestros archivos genèticos y recuperemos esa sabidurìa ancestral que està alli... esperando a ser redescubierta...  ¿Mujer del siglo XXI, te animas a hurgar en tus còdigos genèticos toda esa sabidurìa herbolaria y natural?


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