Libando la miel...

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domingo, 11 de marzo de 2012

Saber crecer...

"Lo importante no es lo que hagan de nosotros, sino lo que hagamos nosotros de lo que hicieron de nosotros". 
                                                                        Jean-Paul Sartrè.

La vida es un constante proceso de cambios, algunos deseables, enriquecedores, otros, dolorosos, muchos inevitables, impredecibles. 
Hay quien los supera, hay quien no. Pero ¿sabìas que todos tenemos la capacidad de sobreponernos y crecer a pesar de la adversidad?
Una vida plena y satisfactoria no depende de la ausencia de experiencias dolorosas y adversas sino de còmo respondemos a ellas.
Recordar el sufrimiento pasado permite comprobar que èste no cerrò la puerta del futuro, que nos ha sensibilizado para comprender y compartir el dolor propio y ajeno y nos impulsa hacia una mayor vitalidad màs allà de las heridas recibidas.
 Cuando sufrimos algùn evento desagradable en nuestras vidas, serà la actitud que tomemos frente a èste lo que determinarà si crecemos o no.  Si elegimos seguir sufriendo o adquirir resiliencia.
La resiliencia es lo que adquirimos despuès de haber sufrido un dolor profundo o un trauma en nuestras vidas.

¿Còmo permanecer invencibles cuando sentimos que la vida nos golpea, merma toda nuestra fuerza y diluye todas nuestras ilusiones?

Cuando alguien te dice:  "Veràs que el tiempo sanarà tus heridas y olvidaràs lo que estàs viviendo", sientes que te estàn hablando en otro idioma y no entiendes en esos momentos el significado de esta frase que tanto utilizamos para consolar a alguien que sufre.

Sin embargo, al transcurrir los dìas, los meses y los años, comprobamos cuàn  cierta es esta frase. 
El tiempo es el mejor doctor para curar nuestro corazòn y nuestra alma atribulada.
Por ello, para ser invencibles desde nuestra fotaleza interior y poder salir adelante, no se requiere resultar vencedores ni tampoco basta con ser tenaces.
Necesitamos tambièn ser flexibles y tener visiòn para reconocer cuàndo ha llegado el momento de soltar amarras y zarpar hacia un nuevo rumbo.
 !Cuàntas veces hemos estado atados a barcos que ya no pueden surcar los ocèanos y que nos estancan en una vida indigna de vivirse! 
!Y còmo nos ha costado trabajo soltarnos del muelle!
!Cuànto dolor nos ha costado decidirnos y optar por la dignidad!
Pero una vez que te decides a dejar el muelle que ya no te sirve para surcar el ocèano que tù quieres....sientes el aire fresco y la brisa  del ocèano sobre tu rostro y te dices:  ¿Por què me tardè tanto en zarpar? ¿Por què me aferraba a ese muelle que ya no me pertenecìa?

Saber crecer es,  ante todo, ejercer nuestra capacidad de reconstruir el sentido de la vida como  respuesta a las tormentas màs destructivas que hayamos vivido.

Las crisis pueden ser necesarias, a veces indispensables, para que una vida llegue a la plenitud... pueden incluso convertirse en los sucesos màs importantes y significativos para nuestra propia motivaciòn.
Las tempestades que libramos en el cuerpo y en el alma son las oportunidades para el despertar de nuestro espìritu.


"Toda adversidad y todo dolor prepara nuestra alma para tener visiòn" Martin Buber.



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