¿Quién puede saber si el placer que no has valorado hoy, volverà mañana?
Incluso tu cuerpo conoce su auténtico reclamo...
Y tu cuerpo es el instrumento de tu alma...
Sólo tú eres capaz de extraer de él una música dulce....
o apenas sonidos confusos...
Ve a los campos y a los jardines:
Aprenderás que el placer de la abeja
consiste en libar el nèctar de las flores.
Pero ceder su nèctar a la abeja
tambièn es placer de la flor.
Porque para la abeja una flor
es fuente de vida,
y para la flor, una abeja,
es un mensajero de amor.
Para ambos, dar y recibir placer
se convierten en una necesidad y un éxtasis.
Descubre, entonces,
en la búsqueda de tu felicidad...
el mismo placer que comparten
la abeja y la flor
Kalil Gibràn.
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